Lo que necesitas saber antes de emprender vuelo
Por Carla Babón para Blasting News
El número de accidentes aéreos ha descendido desde el inicio de sus registros y patenta, de la misma manera, el menor índice de mortalidad que otros medios de transportes. En lo que va de año el número de víctimas mortales por siniestros aéreos en el mundo se sitúa en 236, mientras que si nos centramos solo en España podemos contemplar como la Dirección General de Tráfico informa recientemente que tras la ‘Operación Semana Santa’, 33 personas han perdido la vida en carreteras españolas. Una cifra considerable al tratarse de una marcha que comprende tan solo cuatro días en un único país.
A pesar de estos datos, parece que la afirmación de que el avión es el medio de transporte más seguro está puesta en duda tras el accidente del Airbus 320-211. La gran repercusión mediática que tiene un siniestro de este alcance precisamente no favorece y recuperar la confianza perdida en este sector no es tarea fácil para la sociedad.
Hablamos con un ingeniero de aviónica para resolver dudas y comprender qué medios se disponen para someter a las aeronaves previamente a su comercialización. Una incesante lista de pruebas que según Stephan Vincent Ryan son “rigurosas” y hacen que la probabilidad de que se produzca un fallo sea residual.
Actualmente Stephan trabaja en Jacksonville (Florida, Estados Unidos) como Ingeniero eléctrico para la empresa ‘Logistics Services International’. Además, ha formado parte de el programa espacial Shuttle de la NASA como Ingeniero de aviónica especializado en pruebas y reparación de cajas de control de vuelo y grabadoras de datos. Su testimonio avala la existencia de protocolos muy exigentes de seguridad que cumple el sector en el que trabaja.
¿Por qué vuelan los aviones?
Desde su experiencia profesional, Stephan explica los principios aerodinámicos que hacen posible que un avión sea capaz de elevarse en vuelo. Hecho que la sociedad desconoce y es importante entender su mecanismo.
Las cuatro fuerzas básicas que ejercen sobre un avión en vuelo son: empuje, arrastre, elevación y peso. Empuje y arrastre son fuerzas opuestas, al igual que elevación y peso. Los motores del avión proveen el empuje, y el arrastre es la fuerza que opone al empuje, ésta causada por la resistencia del aire sobre la estructura del avión.
Existen varios tipos de sistemas de motorización de vuelo: algunos aviones utilizan motores con hélices y otros motores de turbina. Hoy día, la mayoría de aeronaves de pasajeros de gran tamaño utilizan un tipo de motor turbina denominado Turbofan (turboventilador). Estos motores combinan un ventilador con un motor turbina que comprime el aire y lo mezcla con combustible en una explosión controlada la cual crea gases calientes que se mezclan con el aire frío a la salida del motor. Esa mezcla de aire caliente con el frío ayuda a impulsar el avión. Además, el ventilador también provee parte del impulso debido a las numerosas aspas del ventilador porque éste está encapsulado en la estructura del motor permitiendo que el avión pueda volar a mayor velocidad que un avión de hélices convencional. Motores que, explica Stephan, cada vez son más eficientes con el consumo de combustible y más seguros.
Cómo se prueba la resistencia de aeronaves
La aerodinámica del avión es algo que se calcula durante su diseño. Inicialmente se evalúa por análisis por computadora y luego se verifica por ensayos en túneles de viento. Durante el vuelo del avión se puede medir la velocidad del viento sobre unas sondas que dan una idea de la velocidad del avión pero esto “no es muy exacto” dado que la velocidad del avión también depende si éste está volando a favor o en contra del viento. Para una velocidad más exacta entonces se utilizan otros instrumentos como el GPS y radar, aclara Ryan.
Durante la construcción de la aeronave, se construyen varios modelos que pasan por diversas pruebas tras las que se mide y evalúa el rendimiento. Una vez que la luz verde se da por parte de sus fabricantes, se comercializa el aparato a una aerolínea quienes la someterán a diferentes controles periódicos destinados a que la seguridad diaria del avión sea máxima. Mantenimiento que forma parte de un macro programa obligatorio que toda aerolínea debe seguir y cumplir en el cual trabajan cientos de ingenieros, técnicos y mecánicos.
Por otro lado, es importante conocer la política empresarial que asumen las aerolíneas. Medidas que son actualizadas constantemente con el fin de impedir que puedan repetirse errores ya acontecidos. A raíz del 11S, por ejemplo, se decidió cambiar la normativa de forma que se instaló una puerta blindada en todas las aeronaves y, así, evitar el acceso a la cabina de personas no autorizadas para minimizar el riesgo de que se produzcan actos de secuestro. En aviación, afirma un piloto comercial que quiere permanecer en el anonimato, se intenta prever los riesgos potenciales pero nunca se es capaz de prever el 100% de las situaciones de peligro y, por ello, se adoptan medidas para que si algo ha fallado una vez, éste fallo no vuelva a producirse. Una vez termina la investigación de estos incidentes, que suelen llevar un año, se publican una serie de recomendaciones o exigencias que se deben llevar a cabo por el personal de la aerolínea para evitar una situación similar y, por ello, se adapta la normativa.
Dicho esto, la única amenaza que podría darse son los errores por factor humano y que recientemente hemos podido contemplar en la tragedia de Germanwings; ¿cómo evitar este tipo de errores externos? ¿podremos dar con un protocolo de seguridad que en realidad pueda proteger a los pasajeros sobre cualquier amenaza?, se pregunta Stephan, y concluye diciendo: “Me parece que cualquier arreglo que se haga evitará un riesgo pero a la vez expondrá a otros”.
Pese a ello, la realidad es que cada vez hay más aviones volando y aunque las noticias que nos llegan sobre el sector siempre tratan de algún accidente o desastre que genera desafección; hablamos de un sector implicado, preparado y consciente de su responsabilidad.