Conocer la repercusión sobre la salud en el lugar donde se reside es un factor considerable para el ciudadano, sobre todo cuando se vive en una gran ciudad como es Londres. Los efectos negativos de una urbe cosmopolita como es la capital inglesa alberga varios factores que pocos conocen y que cada vez es más necesario tener conciencia de ellos.
Entre ellos, el principal es el factor atmosférico. El ser humano se desenvuelve biológicamente sobre una superficie terrestre y en un espacio llamado Troposfera la cual contiene el aire que respiramos, siendo la capa más baja de la atmósfera. Dentro de este ambiente atmosférico el ser humano sufre de ciertas concentraciones contaminantes a través de la presencia en el aire, de sustancias y formas de energía, que alteran la calidad del mismo, de modo que este hecho implica un riesgo para las personas, ecosistema o bienes de cualquier naturaleza.
Lamentablemente, la mayoría de estos focos de emisión infectados están provocados por el hombre a través de actividades industriales o de vehículos (aviones, coches, barcos) con grandes cantidades de compuestos químicos que lanzan y de esta manera, transforman la atmósfera.
La realidad es que el gran desarrollo demográfico, el incremento del establecimiento de las industrias y los asentamientos urbanos como el tráfico cada vez más intenso de vehículos, han venido a alterar, el equilibrio natural entre los ecosistemas y a poner en serio peligro, la capacidad autodepuradora de la propia naturaleza a nivel atmosférico.
Como dato saber que “el ser humano adulto cada día, inhala 15 kilos de aire, mientras absorbe unos 2 litros de agua, toma con la ingesta 1,5 Kg. de alimentos y lleva a filtración glomerular renal 180 litros diarios. De los 3 aportes externos, la interrupción del aire, es la que hace más rápidamente imposible la continuación de la vida. A lo largo de la vida de una persona, unas 200 Toneladas de aire, pueden haber pasado por sus pulmones, y a través de su superficie alveolar”.
Ahora bien, si vives en Londres debes saber que te encuentras en la ciudad con los niveles más elevados de Europa en cuanto a dióxido de nitrógeno. La capital británica ostenta concentraciones mayores que en Beijing, donde los extranjeros bautizaron el smog de esa metrópolis como Airpocalipsis, o en español, aeropocalipsis. Frente a este título, bien es cierto que la Unión Europea trabaja por combatir el cambio climático favorecieron el consumo del diesel sobre la gasolina, ya que emite menos dióxido de carbono, o CO2. Sin embargo, los contaminantes del diesel han contrarrestado los beneficios de las medidas que incluyen un peaje que pagan los conductores por entrar al centro de Londres, un pujante programa de alquiler de bicicletas y una creciente red de transporte público.
También es importante echar la vista atrás y saber que el aire de Londres, hoy en día, ha mejorado desde las nieblas pea-souper (crema de chíncharo) de los años 80´y 90. En 1952, el llamado Great Smog (Gran Niebla) causo la muerte de 12.000 personas y dejó otros 100.000 enfermos. Por aquel entonces, los londinenses del este se vieron cubiertos hasta los pies de un manto sofocante de humo donde el aire frío atrapó las emisiones industriales y los gases de carbón. El fenómeno fue considerado uno de los peores impactos ambientales hasta entonces, siendo causado por el crecimiento incontrolado de la quema de combustibles fósiles en la industria y en los transportes. Este suceso llevó a la aprobación de la Ley de Aire Limpio de 1956, siete años antes que la Ley del Aire Limpio de Estados Unidos.
Hoy en día, la posibilidad de que la contaminación atmosférica, constituya un factor causal en el cáncer de pulmón, ha provocado considerable preocupación y países como Reino Unido avalan esta teoría a través de frecuentes estudios epidemiológicos.
Uno de los últimos estudios llevados a cabo en el agua potable de Inglaterra (Mayo, 2014) que pretendía evaluar los daños de los compuestos farmacéuticos en el agua que consume la población detectaron trazas de ibuprofeno, cafeína e incluso medicamentos para la epilepsia, pero lo sorprendente fue encontrar restos de cocaína en el agua potable debido al “consumo generalizado de los británicos” según recogió el periódico británico ‘The Times’. Según la ONG DrugScope, hay alrededor de 180.000 adictos al crack y a la cocaína en Reino Unido y unas 700.000 personas de entre 16 y 59 años consumen cocaína cada año en Inglaterra.
Tras haber sometido el agua a tratamientos de purificación intensivo en los últimos meses, se ha observado que las cantidades de cocaína se han reducido en un 75% así como las autoridades han concluido que los fármaco en el suministro de agua potable en Reino Unido, hoy por hoy, no suponen un riesgo para la salud de la población.
El agua es esencial para la vida y todas las personas deben disponer de un suministro satisfactorio pero nuestra pregunta es la siguiente: ¿Realmente el agua que bebemos en Londres es buena? ¿Podemos tomarla del grifo? Según la Organización Mundial de la Salud, la calidad del agua en Reino Unido no ocasiona ningún riesgo significativo para la salud cuando se consume durante toda una vida, teniendo en cuenta las diferentes vulnerabilidades que pueden presentar las personas en las distintas etapas de su vida. Las personas que presentan mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua son los lactantes y los niños de corta edad, las personas debilitadas o que viven en condiciones antihigiénicas y los ancianos. El agua potable es adecuada para todos los usos domésticos habituales, incluida la higiene personal.
A pesar de esta afirmación, es aconsejable contar en sus hogares con filtros depurativos y potabilizadores en los grifos, para poder beber con más seguridad. Sin duda, es mejor prevenir que curar por lo que desde Express News le aconsejamos que a partir de ahora tome medidas frente a cualquier daño que pueda aparecer en un futuro. Debes saber que los potabilizadores de los que hablamos son fáciles de adquirir, se trata de pastillas efervescentes como polvos granulados que son utilizados para prevenir enfermedades y/o infecciones provenientes del agua. La mayoría están compuestos de cloro seco en una cantidad determinada de modo tal que son insípidas una vez agregadas en la cantidad de agua correspondiente, lo que permite poder tomarla sin notar su uso pero suficiente como para producir una purificación completa confiable.
Otras advertencias que debes saber si vives en Londres
Polución acústica
Sí, precisamente esta ciudad no es muy tranquila en cuando a ruido se refiere. Las ambulancias y los coches de la policía detentan un fuerte chillido siendo la principal causa de estrés e intranquilidad para sus ciudadanos. El exceso de sonido produce efectos negativos sobre la salud auditiva (riesgo de disminución en la capacidad auditiva), física y mental (paranoia, perversión) .
Contaminación lumínica
Paneles de publicidad, letreros de tiendas como las off license, autobuses rojos plagados de propaganda, estos y muchos más iluminan todos los rincones de la ciudad e inevitable es que no cansen nuestra vista. El uso excesivo de la luz eléctrica aumenta los gases en el aire así como puede provocarnos desajustes perjudiciales en el ritmo de nuestro organismo, llegando a no saber discernir nuestro cerebro cuando es de noche o de día. Asimismo, diversas investigaciones apuntan a que la exposición excesiva a la luz durante la noche puede aumentar las posibilidades de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
El clima inestable
Esta ciudad se caracteriza por su carácter lluvioso así como por su cielos nuboso y gris pero, ¿sabías que nuestro cuerpo sin la vitamina D puede caer en depresión? Sí, lo que lees. En una ciudad como Londres donde el sol escasea también disminuye la producción de vitamina D en nuestra organismo, ésta solo se produce cuando nuestra piel se expone directamente al sol y es muy importante la luz solar para nuestra salud ya que la falta de la misma, muchas veces, causa: desánimo, cansancio injustificado y hasta depresión.
Aumento de plagas y parásitos
El crecimiento de las urbes propicia las condiciones para el crecimiento de las plagas, y algunas, son de graves consecuencias sanitarias. El experto en chinches, David Cain, estima que los informes de plagas se triplicaron en diversas ciudades de Reino Unido entre 2003 y 2007; y el años pasado, las llamadas a compañías de control de plagas, especialmente de ratas, se incrementaron en 33%, de acuerdo con Peter Crowden, presidente de la Asociación Nacional de Técnicos Pesticidas de Reino Unido. De la misma manera, las palomas y los zorros también se han desarrollado y pueden causar una gran preocupación de salud pública en la capital británica.
Por: Carla Babón en Express News